jueves, 4 de junio de 2015

HORQUILLAS DE CEREMONIA NIÑA



                                                           
He aquí como hacer un detalle elegante para adornar el pelo en una ocasión especial. El diseño es propio  y personalizado por completo.

Hay que elegir bien los colores de los materiales que se utilizarán para que combinen con el color del pelo.

En la "mise en place" se pueden ver:

- Un par de horquillas, mejor del color del pelo para quien se haga.
- Esmaltes blanco, gris o plata, transparente con brillantina
- Tul blanco,  un trozo de organza o encaje
- Abalorios blancos o transparentes mejor de cristal.
- Alambre fino rojo
- Hilo de acero.


En primer lugar, a falta de horquillas del color apropiado, utilizaremos las estupendas cualidades de los esmaltes de uñas, que si son de buena calidad cubren perfectamente, se secan rápido y resisten muy bien el roce.
 Para facilitar el trabajo y para no manchar las manos, se prenden en un papel  doblado por la mitad y colocado como si  fuera un calendario de sobremesa, así servirá de soporte y ayudará a que se sequen sin que se queden marcas.

Una vez pintadas las dejamos como están, de pie en el papel, sin que toquen nada a esperar a que se sequen.

 Mientras tanto continúa la tarea.

Esta vez con las flores, que estarán hechas del hilo de alambre y  laca. Esto requiere de algo más de paciencia y sobre todo delicadeza pero no es nada complicado. Con las imágenes se verá paso por paso.



Se toma el alambre y como las bobinas suelen ser pequeñas y se manejan bien, no es necesario calcular la longitud que se necesita, ya se cortará cuando se acabe la labor.




Para empezar, únicamente hay que darle una vuelta al alambre para darle forma de pétalo, siempre teniendo en cuenta el tamaño que se necesita para que quede proporcionada al tamaño del prendedor o del diseño, en este caso son pequeñas, más o menos como el tapín trasero de un bolígrafo. Este paso se repite hasta hacer la flor completa con el número de pétalos que se haya decidido.
    


Como sugerencia, conviene no olvidar la regla del número impar para que quede más estético.
Una vez hechos los cinco pétalos queda unirlos con el propio alambre enrollándolo al menos una vez entre los pétalos creando un nucleo central firme pero no muy abultado.

En el siguiente paso hay que recurrir al esmalte  y el ejercicio es exacto al que se hace al pintarse las uñas con la salvedad de que no hay una base en la que se apoya el pincel y el espesor de la laca y su resistencia es la que le permitirá endurecerse y crear una capa plástica que le dará a la creación una estupenda y elegante sensación de ligereza.

Para la realización de estas horquillas siguiendo el diseño previamente establecido es necesaria la elección de varios tonos de esmalte,  pero siempre manteniendo la idea de la inocencia que reflejan los blancos, las transparencias y el toque infantil y festivo que aporta la brillantina.


Salvar la dificultad de que la pintura cubra todo el espacio requiere de harta paciencia ya que no serán pocas las veces que la telilla que queremos conseguir desaparece ante nuestros ojos una y otra vez. Sin embargo no hay que desistir porque al final, con la dedicación                                                                   adecuada, sale.



Las flores se van colocando, con mucho cuidado, apoyadas en sus bordes, aunque lo ideal sería  poder pincharlas en algún lugar como la espuma verde de las floristerías o dejarlas pinchadas, por ejemplo, en un colador puesto boca abajo.

Mientras tanto...
Como la idea es de un tocado muy festivo los abalorios conseguirán realzarla. Los colocaremos en el centro de la flor para que den el volumen que le hace falta.

Con el mismo hilo de alambre con el que se han hecho las flores y después de enrollarlo entorno a los pétalos, tomamos uno de los extremos, lo colocamos hacia arriba, como se ve en la imagen a continuación, e insertamos tres abalorios pequeños y de nuevo de color blanco, aunque se podrían poner en plata, mate...

                                                                
 
A continuación y con cuidado de que no salgan despedidos, se cierra el alambre entre dos de los pétalos
 asegurándolo en la parte inferior de la flor.

                                        

Y repetimos la operación con todas las flores cuidando de seleccionar los abalorios adecuados para que contraste como con las de las imagenes siguientes.  En una  al ser blanca los cristales son transparentes, en otra con los pétalos transparentes y con brillantina como es transparente y con brillantina los cristales son blanco mate.

     


 A continuación se trabaja con la tela de organza,  también muy fácil de utilizar. En su lugar se puede utilizar tela de tul, sin embargo, debido al tamaño de las horquillas es preferible la organza porque la urdimbre es más fina que la del tul.


  Se parte  pintando dos circulos uno más grande que otro, de forma que el pequeño tenga el tamaño suficiente para que al agrupar las flores el circulo de organza sobresalga un poco y el circulo grande tiene que serlo un poco más para que se vea por debajo.






 Y después se recortan. No importa mucho si los circulos no son perfectamente redondos, ya que como se verá acontinuación se le dará una forma ondulada a los bordes. Si se tienen a mano unas tijeras que permiten cortarlo de esta manera  este paso es innecesario, además quedará perfectamente terminada.


Hecho esto se pasa a pintar los bordes para darles consistencia, evitar que pasen completamente desapercibidos y se integren sin problema al conjunto y de nuevo se recurre al esmalte, que  puede ser de cualquier color que encaje en la composición, por ejemplo el color plata.


                 Como se seca muy rápido no hay que esperar mucho para dar los últimos pasos:
Se superponen los dos circulos de organza, con ello se consigue dar un poco de movimiento, volumen y complementa el ramillete. Ahora se van clavando una a una y con gracia todas las flores, alternandolas.                                             
                               

                               

Por detrás  se retuercen y se hace un pequeño ojal con el alambre y un moñete, pero cuidado, ¡! hay que prestar atención y no retorcer demasiado; si lo hacemos o apuramos mucho, las flores se amontonarán y la tela de organza se arrugará y no quedará bien. Si ya nos hemos pasado, afloja un poco y recoloca la organza y las flores hasta que recuperen la forma.

       


Ahora es cuando se unen la horquilla y el ramillete y sólo hace falta un lazo. Por regla general se utiliza cola caliente que se aplica con una pistola, pero al ser una superficie de contacto muy estrecha se corre el riesgo de que se despegue con facilidad, lo que no quita para que si se tienen la cola y la pistola se utilicen como refuerzo, pero no es necesario.

El lazo ha de ser, como no, proporcionado al trabajo que se está realizando. Primero se ata todo lo fuerte que se pueda a la horquilla que ya estará bien seca.



Seguidamente pasamos uno de los extremos del lazo por entre las ramitas de las flores pero por la parte de atrás de las telas.


Ahora se vuelve a anudar el lazo lo más fuerte que sea posible asegurándose de que el remillete quedará derecho en la horquilla.


Y por fín este es el resultado del trabajo realizado


¡ ADELANTE !


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