viernes, 15 de mayo de 2015

PUNTO ATRÁS

Esta es una entrada, práctica y esencial.

Para hacer cualquier casi cualquier proyecto de costura es imprescindible el dominio de este tipo de punto ya que es necesario para hacer costuras y que éstas sean firmes y resistentes.

 El  "punto atrás" no es difícil. Este es el paso a paso:

Se necesita disponer, claro está, de aguja, hilo, un retal para las practicar, lo hay en todas partes casi parece que vinieran de serie con la casa y , por supuesto, no debería faltar el dedal. 

El dedal, ese instrumento tan... bueno, se utiliza para empujar la aguja y no atravesarse el dedo con ella, aunque hay quien no consigue acostumbrarse a el y acaba con un callo. 

En primer lugar, lo obvio, enhebrar la aguja con el hilo del color más aproximado posible o en su defecto, buscar aquel que contraste o combine bien y darle, de esta forma, un toque de diseño personalizado. La longitud de la hebra ha de ser razonable, ni demasiado corta que obligue a cambiarla continuamente, ni demasiado larga que obligue a estirar el brazo sobremanera.

 Es recomendable hacer un discreto nudo al final del cabo.

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En las imágenes el hilo es blanco para que sea más clara la explicación.

 Para comenzar hay que clavar la aguja de la misma forma que se prende un alfiler (1) y se tira de ella hasta que el nudo haga tope (2); se vuelve a introducir la aguja por el mismo punto en el que se ha quedado el nudo, sin embargo


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esta vez, en cuando se saque la punta de la aguja ha de hacerse un poco más allá que cuando la sacamos la primera vez, concretamente al doble de la distancia (3), para que, de esta forma, las puntadas sean iguales.





Ya no hay más que repetir la operación todas las veces que sea necesario hasta acabar la labor (4)  y entonces rematar, algo que es igual de sencillo que el resto, basta con dar dos o tres puntadas al final una sobre otra y listo
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 Por delante (5), la labor debe quedar como si se hubiera cosido a máquina, cuando se coge soltura, mientras tanto, no es de extrañar que las puntadas queden desiguales, sobre todo porque hay que recordar que está hecho a mano y es muy difícil hacerlas idénticas e incluso es un poco difícil que queden perfectamente derechas, es normal que algunas queden más oblícuas que otras.

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Por detrás (6) o por el revés, queda complétamente diferente y por esta razón es por lo que se utiliza para hacer costuras y al quedar oculta se asegura la labor y con firmeza pero no queda a la vista.
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El resultado es muy satisfactorio y abre un mundo de posibilidades en lo que a costura se refiere.


¡Ahora a practicar!













viernes, 1 de mayo de 2015

PULSERA ALAMBRE DE ALUMINIO


He aquí una idea para empezar a trabajar:

   Se trata de una sencillísima pulsera o brazalete de alambre de aluminio coloreado, en este caso azul y dorado.

 Elegir el alambre como material tiene muchas ventajas, en primer lugar porque es muy fácil de encontrar en cualquier bazar o tienda de manualidades y de precio asequible, que hace que los posibles errores no resulten demasiado frustrantes. Además, como se puede comprobar los resultados son muy vistosos.                                                                      
  Es fácil de manejar,sobre todo el de aluminio, siempre que se haga con un poco de cariño, en este caso sólo se necesita elegir los colores que más gusten y que mejor combinen.


  Sin embargo no todo son facilidades ya que aunque para determinadas cosas no  hace falta mucha herramienta, sobre todo si eres un poco manitas,  sí que es básico que te hagas con unas tenazas pequeñas de punta fina. Lo bueno es que también son apropiados  para presupuestos ajustados.                                                                                                                          
  Otro de los inconvenientes es que el alambre de aluminio es muy blando y si se hace demasiada fuerza al trabajar con el se quedan imperfecciones, si os fijáis bien en la foto se nota un poco. Esto me pasó porque no tenía alicates de punta lisa, de modo que al moldear los remates se quedaron marcados los dientes de la herramienta, la que yo usé es la Nº 3 en la foto, ya que es de la que disponía, pero si hubiera pensado un poco podría haberlo evitado encintándolas. Aunque esta solución es sólo un apaño. La herramienta más aconsejable sería la Nº 2. Además puede ocurrir con bastante facilidad es que se estropee el color por el manejo y el roce, la única solución que he encontrado, si no es mucho el estropicio porque si no es mejor desecharlo, es usar un toque de esmalte de uñas del color más aproximado al que estamos utilizando y ya no se notará prácticamente nada. 

   Después de describir todas las dificultades, es momento de ponerlo fácil, lo único que hay que hacer , tras elegir el alambre y el color, es tomar las medidas, bien de la muñeca bien del brazo, dependiendo de si lo que queremos es brazalete o pulsera, aunque la ventaja de este diseño de estilo torque celta es que si se decide tomar la medida para el brazalete puede cumplir las dos funciones. El paso siguiente es decidir qué color es el que debe predominar en el diseño y de dicho color partir dos trozos y uno solo del otro, no es necesario que los tres sean del mismo tamaño. Aunque en la fotografía se ve que he utilizado cinco trozos, porque quería que quedase más ancha,  recomiendo que se empiece por algo un poco más sencillo si es vuestra primera incursión con este material o con el mundo de las manualidades.
 A continuación se sujetan bien por un extremo procurando que no se muevan, el mejor sistema es con una mordaza o bien con un tornillo de carpintero,  ¡! acordándonos de proteger el metal para evitar daños. Una vez asegurados los cabos sólo queda trenzarlos intercalando los colores para que el trabajo tenga un poco de gracia. 

   Y por fin queda rematar y para evitar que la pulsera o brazalete pinche o se enganche  una solución sencilla es darle una curva a cada extremo, dependiendo de la longitud del cabo se podrá hacer más caracol o menos dando personalidad propia a cada creación; además con este sistema se puede corregir la medida de la pulsera adaptándola en el último momento.
                                                        Únicamente resta echarle imaginación