viernes, 31 de julio de 2015

RESTAURAR UN LIBRO

                                                                                      
                                                                                                                   
  En ocasiones los libros, bien por el uso bien por la edad acaban sufriendo daños en sus tapas, a veces incluso las pierden y no hay motivo para deshacerse de él si no es para compartirlo.

Pues bien, en esta entrada se van a recuperar las tapas de un diccionario que no es actual precisamente pero aún tiene bastante vida útil, sólo necesita parecer un poco presentable y eso es muy sencillo.

Para ello se requiere:

- El libro en cuestión.
- Un cartón fino o cartulina del tamaño adecuado al libro; su tamaño a de ser el doble de la portada
- Otro cartón fino, cartulina, retal de tela o de papel de empapelar...
- Cola blanca y pegamento de barra.
- Pintura, pinturillas, rotuladores.... u otra cartulina del color del acabado del libro
- Rotulador, dorado, plateado o negro, al gusto de cada cual.
- Tijeras, una regla, lápiz, goma y una plantilla de letras  (opcional)

Como todos, hasta el momento, es un proyecto muy fácil, puede que retrotraerá a quien se embarque a la más tierna infancia en la que en el colegio se hacían manualidades.



El libro que se va a restaurar en el proyecto es un viejo diccionario que se encuentra en este estado:

Está completamente desnudo, pero por suerte las páginas aún se conservan bien encuadernadas, lo que facilita muchísimo la tarea de de-volverle su antiguo explendor o quizá mucho mejor.



Así lo primero es coger la publicación y la cartulina. En esta ocasión la cartulina que se ha utilizado es uno de esos cartoncillos que vienen en el empaquetado de algunas prendas de vestir para dar empaque a la presentación de la ropa, de modo que además de ahorrar dinero, se reutiliza el material y se elimina el incordio de tener que separar los residuos y el paseo hasta el contenedor de reciclaje. Todo son ventajas.

Extendiendo la cartulina sobre la mesa o superficie en la que se vaya a trabajar, se haya la mitad de la misma (de la cartulina se entiende) Se presenta el libro sobre esa mitad, Viéndolo se entiende mucho mejor:

                                

 Después de "envolver el libro" y marcar bien los pliegues asegurándose de que las que serán las tapas tienen la longitud suficiente, no importa si una es más larga que otra  siempre que sean más largas que las hojas encuadernadas. Ahora se quita el libro para encolar el lomo y se tiene que ver la marca de los dobleces de las futuras tapas en la cartulina para así colocar el libro en el lugar adecuado.

La imagen es bastante mala pero se puede ver las marcas que deben quedar:



 Para pegar  sólo hace falta es cola blanca, si se es impaciente también la venden de secado rápido.
Perdón, se está suponiendo que se tiene cola. A veces pasa, cuando alguien se propone comenzar un proyecto sencillo como este, tiene puesta toda su ilusión y de repente descubre que no tiene algún material, el cartón es fácil de sustituir, pero ¿y la cola ? No hay problema, antes estas cosas no eran una limitación y ahora tampoco tiene por qué serlo.

 El remedio, el fantástico engrudo,  la sencilla mezcla de agua y harina cruda con textura de papilla que pega fenomenal, importante no pasarse con el agua, el engrudo mejor un poco espeso para que no se empape el material y corra el riesgo de romperse.

Este paso tampoco tiene complicación alguna. ¡! Hay que ir con cuidado a la hora de hechar pegamento ya que la cola blanca contiene bastante agua en su composición y si se abusa el cartón o cartulina se reblandecerá y podrían aparecer pliegues, arrugas e incluso sin querer se podría hacer algún agujero.

                                               

 Se extiende la cola por el canto, se coloca entre las dos líneas paralelas marcadas en la cartulina, se presiona firmemente y ya se pueden cerrar las tapas y con un paño límpio y seco,  se repasa el canto para asegurarse de que no quedan huecos o burbujas. ¡! No hay que esperar a que se seque demasiado ya que si no será casi imposible corregir las imperfecciones.

Próximo paso; para asegurar que las tapas no vuelven a desprenderse hay que graparlas al propio libro, y dependiendo del tamaño del mismo habrá que colocar más o menos grapas, para este trabajo se han puesto tres por cada lado. 

                 Sin embargo no es imprescindible, si no se dispone de grapas.                                                        


En este caso las tapas son un poco más grandes que el libro, así que hay que ajustarlas recortando los sobrantes, dejándolas lo más ajustado posible a las páginas sin pasarse, que más vale que sobre que no que falte. ¡! Ojo, si se va a pintar, en lugar de recortarlas, se recomienda doblarlas hacia el interior  y así reforzar los cantos y lógicamente no es necesario seguir los siguientes pasos hasta que se hable del interior. 

                          


 Pues ya está la base que es lo más importante, nada complicado, a raiz de aquí ya sólo hay que echarle imaginación, cada cual con sus propios recursos tanto imaginativos y artísticos como económicos.

Para llegar al diseño que se muestra al principio, se ha utilizado una cartulina azul y así darle más consistencia a las tapas, pero se puede usar pinturas, tela, papel maché u otros papeles, incluso los de regalo valen. En este caso se escogió el azul ya que anteriormente el libro estaba forrado con un papel con un estampado del que se ha aprovechado un par de recortes.

Con la nueva cartulina hay que repetir el primer paso de tomar las medidas ajustando el lomo para que la cartulina sobre generosamente por todos los lados, en este caso no hay que escatimar con el tamaño de la cartulina y lo mismo para los materiales alternativos como la tela u otros papeles.



 Estos pasos no llevan apenas tiempo y esfuerzo, pero los que vienen a continuación, dependiendo del trabajo de personalización de cada persona, pero se recomienda que no se escatime en cariño y empeño.

Para adherir la cartulina a las tapas, esta vez , lo más adecuado es el pegamento de barra evitará posibles desastres, eso sí, hay que actuar con precisión por que en ocasiones es difícil despegar  para recolocar.

Hay que volver a encolar el lomo y una vez ajustado en su sitio no hay más que extender el pegamento primero por una de las portadas y juntar las dos piezas y repetir con el otro lado.


                                    

A continuación la tecnica a utilizar es idéntica a forrar un libro, es decir, que se trata de hacer pequeños cortes en las esquinas para poder doblar la cartulina y crear solapas para después pegarlas hacia dentro, esto tiene que hacerse en ampas tapas y no hay que olvidarse del canto del libro, es un poco más complicado y hay que poner un poco más de empeño, pero quedará bien; si es necesario se puede usar alguna herramienta con punta para poder rematarlo bien.


                        

Para darle el toque de profesionalidad pondremos un papel grueso en el interior y cubrir el hueco en blanco que se queda tras el pegado de las solapas y evitar que los bordes puedan empezar a despegarse.
Ese papel se ha sacado del cartoncillo fino que ponen en el interior de los rollos del papel de regalo, tiene el grosor, la textura y el color más apropiado. En este caso el tamaño del papel era suficiente para hacer las dos tapas. También se puede usar cualquier otra cosa como un retal de papel de empapelar, una tela con el cuerpo adecuado.... siempre que tenga la consistencia debida  sólo la imaginación es el límite.

Se toma la medida, un poquito más pequeña que la tapa, dejando que se vean parte de las solapas, pero la justa para cubrir el hueco dejado por las mismas.


De nuevo el adhesivo más recomendable vuelve a ser el de barra, de nuevo por no tener agua.



Acaba el trabajo más manual y comienza el de decoración. Sólo hay que elegir un diseño que guste, que le vaya al libro o simplemente añadir el título, el autor y la editorial, si se conocen los datos, esos son algunos ejemplos, pero seguro que hay bastantes más posibilidades.

El dueño anterior del libro lo tenía forrado con un papel de regalo, el estampado era bonito y se ha aprovechado un par de recortes para decorarlo y será el motivo al rededor del cual girará este diseño.

Se ha comenzado por el canto pegando los dos recortes, pero es algo personal. En cualquier caso es imprescindible el título para lo que hay que tomar medidas para centrarlo como es debido, además de hacer una línea tutora o pauta para que quede derecho:


Mide el lomo, haya la mitad y calcula con el número de palabras o de letras del título y si se tiene buena caligrafía se escribe con un rotulador, bolígrafo u otro material. Si no se posee esta habilidad existen las maravillosas plantillas de letras.


En este trabajo el acabado del canto o lomo quedaría así:  




Ahora ya se puede continuar con la portada. Para este caso se ha tomado como referencia el dibujo de los recortes que se han fijado al lomo, es un trabajo arduo pero muy satisfactorio si se quiere replicar a mano, pero se pueden hacer desde collages a pinturas.... de nuevo toca aplicar la cabeza y un poco de corazón.

                

Se vuelve a recurrir a la regla y a la plantilla para acabar la portada y así ha quedado.




Aún se puede dar otra vuelta de tuerca y, como en este caso, es un libro de bastante uso para evitar el previsible deterioro, se antoja muy práctico el recurso del forro de plástico transparente autoadhesivo o no

Y..... TERMINADO

lunes, 6 de julio de 2015

PORTACABLES DE VIAJE




Para quien quiera empezar con la costura este trabajo , será  muy sencillo y no requiere de mucho esfuerzo aunque,  si se empieza de cero, es posible que lleve una tarde, para quien ya tenga algo de soltura con el hilo no es más que un rato.

  Los materiales no pueden ser más asequibles, siempre hay una aguja, una bobina de hilo (casi parece que vinieran con la casa) y con respecto a la tela, seguro que hay algún retal, o  podría aparecer algo al abrir el armario, cualquier prenda que ya pide la jubilación y que es seguro que puede tener una nueva vida.

                                                                                                                                                         Este es el primer paso, encontrar un pantalón que ya no sirva y cortamos una pernera que será la base del estuche para cables. También se podría hacer también con una manga de alguna prenda con tela recia o con un trozo de tela pero de esta manera, gran parte del trabajo está hecho.                                            
En este caso la pernera es más estrecha de abajo que en la parte del muslo por lo que hay que rectificarlo ya que si no el portacables no quedará bien.


Para ello basta con doblar por mitad  a la larga  y marcar con un lapiz la parte que hay que igualar, de forma que al extenderla de nuevo quede simétrica.

 Si el retal del que se dispone tiene el corte recto este paso queda resuelto y se puede saltar éste, así pues es así como habría que hacerlo:
                         

Una vez hecha la señal en la tela hay que coser, si es a mano lo adecuado es usar el "punto atrás"




Asegurándose primero de que al empezar a coser la tela está del revés (que lo bonito de la tela se quede por dentro) que esté bien extendida y que la línea que se había dibujado con anterioridad está como corresponde, tan sólo hay que empezar a dar las primeras puntadas siguiendo la susodicha raya como se ve en la imagen, asegurándose siempre de atravesar los dos lados de la pernera. No hace falta cortar ese trozo sobrante ya que quedará por el interior, no se verá ni se notará y se ahorrará tiempo y esfuerzo.
                                                                                                             A continuación, una vez acabada la costura hay que enfilar el lateral de la pernera que ha quedado con el borde vivo, se supone que el lado del tobillo está rematado de fábrica, por lo tanto hay que rematar el que se deshilacha  y asi evitar que eso ocurra. Pero si se diera el caso de que por el uso o por cualquier otro motivo no estuviera en buenas condiciones también habría que rematarlo.



Paraenfilar no hay más que meter la aguja por el borde de la cara opuesta a la que se mira con la labor en la mano, sacarla hacia uno mismo y tirar de ella hasta que el nudo haga tope y repetir hasta acabar.  Para rematar sólo hay que hacer un nudo enredando el hilo con la última puntada utilizando la aguja.



Qué pasa si se hace un nudo en el hilo mientras se cose. NO hay problema:

En ocasiones, generalmente cuando la largura del hilo es excesiva pero no necesariamente por este motivo, se forma un pequeño nudo con forma de lazo, lo más importante es ¡! NO tirar de la hebra ya que sólo se conseguirá apretarlo más.

Hay un truco muy simple: sin necesidad de deshenebrar la aguja, basta con introducirla por el lazo hasta la mitad y entonces no hay más que tirar un poco hacia arriba y veremos como el lazo se cierra alrededor de la aguja, cuando ya no se pueda tirar más se saca y se tira suavemente de los dos cabos y el nudo habrá desaparecido sin problema.
Si ésto no ocurriera sólo queda cortar la hebra y cambiar el hilo sin olvidar rematar la última puntada para que no se quede ese punto débil en la costura.





De nuevo hay que extender la labor y  trazar una línea en la mitad y a lo largo de la pernera que será la abertura que servirá para guardar los cables y puede que el móvil o una libreta e incluso un bolígrafo. Porque a pesar de confiar en la tecnología no hay que menoscabar la utilidad de lo analógico.



Entonces se corta a lo largo de la raya teniendo cuidado de cortar sólo una de las telas.

Ahora dos pasos del tirón:

1. Primero hay que enfilar las dos orillas del corte, eso sí, por separado. 
2. Hacer un pequeño dobladillo, muy ajustado al borde de cada una para que la apertura del bolsillo que se está formando no quede demasiado abierta  perdiendo la estética. Es una buena idea usar el hilo del color que más se asemeje al de la costura original del pantalón, así el acabado tiene un toque más profesional.

   

Si ya está bien rematado se pasa a tomar las medidas para los huecos o bolsillos para todos esos cables y cachivaches que siempre hacen falta, sobre todo en los viajes y excursiones o para quienes pasan muchas horas en marcha en algún vehículo.

En este caso en el proyecto se ha pensado en apartados para el  teléfono, el cargador, los auriculares y el cable para datos, entonces sobre el bolsillo que se acaba de hacer se presentan todos estos elementos y se van tomando las medidas uno a uno. Antes de decidir nada y con todos los aparatos así presentados se debe enrollar el futuro estuche para comprobar que realmente cabe todo lo que se quiere meter, porque a lo mejor hay que renunciar a algo, preferiblemente el propio teléfono.




         

Se marcan las distancias. Es el momento de coger de nuevo la aguja y se da una pequeña puntada en la parte interior doblando, un poco, hacia afuera el borde inferior , de forma que no se vea por el fuera; para ello hay que coger con la punta de la aguja sólo algunos de los hilos que conforman la urdimbre de la tela; como los hilos de ésta son relativamente gruesos, son fáciles de escoger.


           

Una vez dado dicha puntada se pone del reves el que será el bolsillo como si se fuera  pelar un plátano (ésta es la razón por la que no se han cerrado aún los extremos de la pernera) y se cose intentando que las puntadas no se vean por el exterior, pero si no se está seguro de conseguirlo lo mejor es utilizar un hilo del mismo tono que la tela y así se notarán menos los fallos. Ahí van las imágenes de casa paso:
Para facilitar las cosas, lo más adecuado es hacer en primer lugar las costuras de las divisiones que se encuentran más en el centro y continuar hacia las de fuera. Si se hace de otro modo la cosa se complica bastante más.

         


 Es recomendable empezar a coser desde la abertura hasta el fondo del bolsillo para así asegurarse de que no queda torcido ni un lado más largo que otro.


Ya está, eso es lo más difícil.  Es el momento de cerrar definitivamente ambos extremos de la que fue una pernera utilizando de nuevo el punto atrás y debería tener más o menos este aspecto:


 En el extremo sin el remate de fábrica se ha dado un poco de forma a las esquinas para que al cerrar el estuche quede mejor acabado y de nuevo, como se puede ver se ha empleado el hilo de color amarillo, semejante al de las costuras originales de la prenda.

                                                                    
Cuando se termine toca rematar el otro extremo que va a ser un poco más costoso de coser ya que hay que hacerlo sobre la costura anterior por eso es posible que las puntadas queden un poco irregulares. Si se está cosiendo a máquina quedará mucho mejor si se utiliza la doble aguja para crear una doble costura paralela.


Ya se está  punto de acabar, los siguientes pasos son tan sencillos como coser un botón, pero antes hay que darle cabida a la antigua tecnología y crear un bolsillo para una de las herramientas más versátiles, el lapicero o en su defecto el bolígrafo.

 Para ello no hay más que colocar uno de éstos elementos y hacer una marca por donde hacer la abertura por donde introducirlo, después hay dos opciones o enfilarlo con las puntadas muy juntas para que se asemeje a un ojal o enfilar, hacer un pequeño dobladillo y coserlo a punto atrás con el hilo a contraste.    
                                             Así es como ha quedado en este caso:
Llega el momento de hacer el cierre; para este menester de nuevo se recurre al reciclaje. Por ahí, en algún rincón había un abrigo sin posibilidades de seguir con su cometido, de modo que con una de las trabillas de sus mangas que estaba en perfecto estado,  que ya tenía un ojal, que tenía un color de iba bastante bien con el proyecto y que sólo había que descoser  de su sitio y ubicarlo en el lugar adecuado en  el guardacables y por supuesto  acompañado del inseparable botón.






Se cose la trabilla del guardacables en el lado en que moldeamos las esquinas por el lado que va a quedar en el exterior, más o menos cerca del borde.   



Y para colocar el botón correctamente hay que colocar todos los cables y demás en el interior y enrollarlo, después marcar el lugar donde llega el ojal sin que quede tirante para evitar que con el uso el botón se arranque; una vez tomada la medida coser el botón procurando no hacerlo por el interior .
                                                     

Curiosamente aquí ha quedado  prácticamente en la mitad, pero no tiene por qué quedar así, dependerá de la longitud que tenga cada trabajo.



      



Y..... ¡ Listo para viajar!