Esta pulsera que se propone, de diseño propio y original es muy entretenida de hacer. Genial para
trabajar en esos días en los que no apetece salir de casa y se está en el sofá, acompañada de buena música y café, mejor que en ningun otro sitio.
Los materiales a emplear no podrían ser menos, pero se puede añadir todo aquello que se le pase por la cabeza para darle ese toque único que lo hace completamente tuyo y se adapta a la personalidad de cada uno. Ahí van:
- Un trozo de alambre de aluminio, suficiente para que a la muñeca le de dos vueltas. En este caso se ha usado un alambre plano. Pero cada cual que elija el que más le guste. Sin embargo si se escoge de otro tipo hay que asegurarse de que tiene el grosor suficiente para darle la resistencia adecuada.
- Hilo de acero del color que se prefiera, bien del mismo que el alambre de aluminio bien de otro que guste o contraste.
- Aguja de ganchillo de 1'5mm.
- Conocimientos básicos de ganchillo, ya que no se va a explicar cómo hacerlo en esta entrada. Pero si es necesario y así se hace saber, no habría ningún inconveniente en crear una nueva entrada con un pequeño tutorial.
Y eso es todo en cuanto a los ingredientes para esta receta. Lo siguiente sólo es un poco de trabajo; bueno más bien entretenimiento.
Esta es la forma que hay que darle al alambre que servirá de armazón para la pulsera y a la que se le unirá el trabajo de ganchillo o crochet:
La norma dice que cuanto más sencillo más elegante, pero eso va en gustos.
Es casi seguro que mientras la labor vaya creciendo ésta se enrolle sobre sí misma como consecuencia de la naturaleza del material del hilo que se está empleando, el aspecto no es el más bonito pero no será un inconveniente ya que se recuperará y no dará problemas en el momento en que se haga el montaje final.
Cuando llegamos a la zona en el que se tienen que unir los dos extremos del alambre no hay más que, al llegar al final de uno de ellos, doblar hacia el interior sobre sí mismo:
Se sobrepone el otro extremo sobre el cierre anterior y se continúa tejiendo dejando que sobresalga un poco el cabo, se sigue dando puntos sobre el resto del alambre y después de dar cinco más, aproximadamente, se dobla sobre sí mismo el extremo sobrante, siempre asegurándose de que no sea demasiado para que quede un empalme discreto, como se puede ver el la imagen inferior:
Una vez hecho quedará bien sujeto con el hilo de acero y en cuanto se termine de rodear todo el perímetro de la pulsera, no hay más que rematar el trabajo para que no se deshaga y se guardan bien entre el entramado de los extremos del tejido de modo para evitar que cualquiera de los cabos puedan pinchar a quien luzca este accesorio tan fácil, bonito y resultón.
Ahora sólo resta adaptarlo a la muñeca. Para darle la forma definitiva es recomendable utilizar un vaso o botellín colocándolo encima y rodeándolo :
¿QUIÉN NO QUIERE UNA?