ZAPATILLAS DE ESTAR EN CASA

Las temperaturas empiezan a cambiar y parece que ya apetece quedarse un poco más en casa así que este proyecto va orientado a aquellas personas a las que les gusta "poner al mal tiempo buena cara" y disfrutar de los largos días de lluvia en casa  simplemente desenchufando o aprovechando para hacer todo aquello que siempre se deja para luego.

 Entonces, qué mejor complemento que unas estupendas zapatillas para estar bien cómodo.

Quizá no sea el diseño más espectacular pero es distinto y original.

Se requiere algo de costura  pero nada complicada.


Material necesario:

- Un pliego de papel.
- Una tela resistente, y mejor si es calentita, se puede reutilizar retales de loneta, de unos vaqueros, de algún abrigo viejo, una de esas mantas de viaje o incluso de un albornoz o toalla 
- Unas plantillas.
- Guata  ( en caso de que la tela que se utilice sea fina)
- Lápiz y tijeras.
 -Aguja e hilo.
- Un imperdible grande, mejor si es un poco aparente.

El patrón de estas zapatillas es propio y simplón  tanto que si disponemos de la tela,  un cordón, cola textil y unas tijeras dentadas este proyecto no robará más que unos pocos minutos. Pero las cosas bien hechas bien parecen, de modo que para un trabajo duradero mejor recurrir a aguja e hilo. Además pueden resolver el compromiso de un regalo, así que es mejor esmerarse.

Lógicamente el primer paso es hacer el patrón. Aquí se trata de mostrar cómo crearlo uno mismo partiendo de cero.

Para ello toma un pliego hermoso de papel. Una doble hoja de un periódico, por ejemplo, cualquiera vale y cóloquese uno de los pies, un zapato o la plantilla de la talla adecuada y se dibuja el contorno.

 

                                                                                                                                  

Justo cuando se empieza a ensanchar la plantilla  en la zona del empeine hacemos dos marcas. Entonces,  de la huella, se mide la parte más ancha. Dicha medida se traslada a cada uno de los laterales de esta manera:  

                                                  

Después se mide la distancia desde lo que sería la punta de los dedos y las primeras marcas y se traspasa para marcar un punto desde el extremo más estrecho hacia delante, entonces se deja entre 3 cm. y 5cm. de más, este trozo a mayores, cumplirá la función de solapa. Y hasta aquí son todas las medidas que se necesitan. 

     

               

A continuación se completa el dibujo del patrón que quedará aproximadamente de esta guisa:

 

Es recomendable, una vez recortado el patrón probarlo diréctamente sobre el pie para asegurarse de que se ha calculado bien el tamaño. Esta es una de las ventajas de este sistema, que se va creando a partir de las propias medidas sin esfuerzo alguno y aunque alguien se equivoque un poco se tiene bastante margen de adaptación sin tener que cambiarlo en absoluto. Además basta con hacer un sólo esquema ya que para hacer el pie contrario no hay más que darle la vuelta.

Es el momento de plasmar el trabajo en la tela de la que se disponga, cuanto más fuerte sea ésta más resistente serán las zapatillas.  

¡! Se debe prestar especial atención para no equivocarse y cortar más piezas del mismo pie de las necesarias. 

Hay que cortar  tres patrones por cada pie, dos de la tela exterior y una de guata, 6 piezas en total en caso de querer darle más calidez  al calzado. Si no fuera ese el caso sólo hace falta cortar 4.

En este caso la tela elegida es de un retal por lo que se cortará también la guata y se reforzará la base de la zapatilla con la plantilla. Poner esta última en el interior es importante para aislar bien los pies del suelo, hacer la pisada más confortable y aumentar la resistencia del calzado. En algunas zapatillas se utiliza, además, otra plantilla de cartón  pero  si se hace así no se pueden lavar.

Es importante coser primero la guata a una de las dos telas para que no se arrugue no sólo mientras se trabaja si no para que no lo haga con el uso continuado o cuando se laven..

Cuando el forro interior está bien fijado, ¡! siempre por el revés de la tela, hay que coser las dos telas del mismo pie, pero dejando una abertura suficiente para darle la vuelta y colocarlo al derecho e introducir la plantilla más tarde.                                                              

                                            

Una vez cosido casi todo el contorno se da la vuelta al trabajo para poner la tela del derecho y que la guata quede en el interior y por el  hueco que no se ha cosido y se introduce la plantilla. Si ya está hecho se termina de cerrar la costura intentando que las puntadas se vean lo menos posible y una zapatilla casi lista. Se deja apartada y se empieza a trabajar con la del otro pie, repitiendo los mismos pasos.

Y he aquí el resultado de la costura, pero aún queda el montaje final, para lo que se requiere únicamente el imperdible. Gracias a este sistema se tiene otra gran ventaja y es que se ajusta al pie en función de la necesidad, por ejemplo cuando se hinchan los pies, se sufre algún percance y se tiene el pie vendado, o simplemente porque se decide usar unos calcetines de diferente grosor en cada momento...

Esta es la manera de montar las zapatillas de forma que parezcan precisamente eso,

 unas zapatillas:

                                                                                                                                                             

                                                                                                          

Como queda patente en las imágenes el montaje no podría ser más fácil y abrocharlo es "pan comido" Sólo hay que colocar el imperdible. pero para que quede realmente confortable .....

Primero se mete la mano por el hueco delantero, no por donde se meterá el pie sino por delante y después se sujeta con los dedos las tres solapas y se clava el imperdible procurando atravesar las tres, para que quede firmemente asido pero evitando atravesar la parte que quedará en contacto con el pie .

   

              

   ESTE ES EL RESULTADO.